– No debe haber huecos entre polígonos
La principal finalidad de estas reglas es facilitar las consultas espaciales, de tal manera que la aplicación informática siempre nos devuelva una respuesta y que ésta sea única.
Estas reglas imponen una pre-condición a la base de datos geográfica, todas las entidades deben tener la misma exactitud posicional. La aplicación de estas máximas nos impone una tarea, cuando nuestros registros han sido capturados con distinta exactitud, se deben realizar operaciones de generalización que construyan una capa cartográfica homogénea. Este requerimiento nace de la concepción tradicional de los mapas que podemos resumir en el lema:
Este marco se lleva hasta sus ultimas consecuencias en este esquema teórico siendo necesario definir las escalas mínima y máxima de visualización permitidas para la base de datos geográfica (BDG).
Sin embargo dos hechos prácticos ponen contra las cuerdas esta forma habitual de trabajo.
– La adquisición de datos geográficos es una labor costosa en recursos que puede dilatarse en el tiempo. Sobre todo en el ámbito de la cartografía temática oficial que se elabora en aproximaciones sucesivas de calidad en la exactitud posicional. Este hecho conlleva la necesaria convivencia de registros gráficos obtenidos a diversas escalas de trabajo.
– La escala es ahora variable, gracias a las herramientas de zoom en los mapas on-line se ha desdoblado el concepto fijo de escala del mapas en la escala de visualización y la escala de la fuente de datos, es decir la BDG
En este contexto concreto surgen algunas preguntas
¿por qué tenemos que perder información espacial, aunque no sea exacta posicionalmente, impidiendo su visualización en escalas mayores que la de captura de los datos?. Es una desconfianza hacia la capacidad del usuario de interpretar lo que esta viendo. ¿Por qué no abandonamos la tutela de la visualización y dejamos la escala libre sin limites de visualización? Los miedos a interpretaciones defectuosas se corrigen mediante información y formación al lector de mapas digitales.
¿por qué perder trabajo o invertir recursos en generalizaciones parciales de trabajos? Estas tareas dilatan en el tiempo la ya lenta difusión de la información y hacen que no este disponible información gráfica de mayor calidad según se va obteniendo.
Si conviven registros de distinta calidad (lo que implica superposiciones y huecos) se puede consultar la información exacta disponible en cada momento (aún cuando las consultas sean en ocasiones defectuosas) y se evitan costosas e inútiles generalizaciones constantes a demanda de la escala de trabajo que solicita el usuario.
En la misma linea Shust propone en su articulo Breaking the Accuracy Mold que la exactitud de una base sea indepediente de la escala ya que no todos los elementos almacenados requieren de la misma exactitud.
En ambas circunstancias necesitamos documentar en los metadatos las decisiones que hemos adoptado o programar ventanas que informen de la exactitud de lo que esta viendo al usuario del mapa. Recordemos que en el ámbito de los Sistemas de Información geográfica un mapa no es más que la representación gráfica -a una escala concreta- de la base de datos geográfica subyacente.
El nuevo lema que implícitamente nos proponen los SIG es aparentemente sencillo
Los datos espaciales nos conducen a entornos de trabajo y consulta caracterizados por escalas libres y exactitudes variables.