Esta semana continuamos la publicación de la Guía sobre cómo publicar y promocionar mapas – como ficheros de imagen o fotos- en internet que hemos comenzado la semana anterior.
1.1 Internet, la nueva basílica de los mapas
La cartografía al igual que el resto de contenidos en Internet participa de las consecuencias del nuevo paradigma desencadenado por la tecnología web: la pérdida de protagonismo del soporte físico frente al digital y la reunión en un mismo espacio de la oferta y la demanda de contenido.
En este sentido Internet es para los mapas, una gran basílica moderna, que imita la función de negociación sobre tratos comerciales que desempeñaban las basílicas de la roma clásica.
Internet está provocando un cambio en los métodos de comercio de contenido, con tres grandes salvedades que lo diferencian de otras modificaciones provocadas por innovaciones
tecnológicas lo largo de la historia: ha implantado un alcance global en el acceso al contenido, facilita los medios de producción y publicación de manera gratuita a los usuarios y es transparente, es decir se puede monitorizar por cualquier persona.
El número de contenidos disponibles en Internet crece de forma imparable. Los buscadores de contenidos en Internet como Google o Yahoo, o los disponibles en redes sociales como flickr son las nuevas basílicas de la imagen, donde se dan cita productores y consumidores de mapas enfrascados en la tarea de buscar y encontrar mapas. Los buscadores tienen la difícil misión de ofrecer a los usuarios resultados de búsqueda cada vez mejores, es decir, más relevantes a las expectativas que muestran al rellenar el cuadro de texto con determinadas palabras clave. Y los productores la doble tarea de facilitar la accesibilidad de sus mapas a su público objetivo e incrementar la calidad y el valor añadido de sus producciones. La amabilidad y potencia que nos brinda la tecnología no es gratuita exige un cierto conocimiento de cómo funciona Internet para adaptar los contenidos a este nuevo medio de comunicación del que los mapas forman parte.
Atrás quedaron los talleres cartográficos, las cartotecas y los mercados de mapas, buscar cartografía en Internet se ha transformado en una práctica habitual al alcance de toda la población que diponga de acceso a la red. A pesar de la facilidad con la que realizamos esta actividad, la búsqueda no es un tema trivial. No sólo se ha convertido en materia docente en diversos niveles educativos y de formación, sino que además la forma en la que realizamos estas búsquedas es objeto de numerosos estudios sociológicos y de mercado.
Este nuevo comercio está caracterizado por una saturación de contenidos. En él, la nueva unidad monetaria es la atención. Hoy en día la economía de la sociedad-red gira alrededor de este recurso valioso y escaso que trasciende al simplista planteamiento del número de visitas. Nuevos conceptos aparecen vinculados a los contenidos, convirtiéndose en indicadores básicos para comprender y gestionar la visibilidad de los mapas: relevancia, popularidad, geolocalización o reputación son algunos de ellos.
Es un momento de cambios y de transformaciones aceleradas, y en cierta medida silencioso. En este panorama la adquisición de capacidades y destrezas tecnológicas es un reto tanto de de supervivencia como de oportunidad. Además el conocimiento sobre el funcionamiento de esta moderna basílica romana de imágenes, que es Internet, tiene un valor añadido: permite vislumbrar y compartir las tendencias de producción y uso de los mapas. En este contexto surge esta guía, como una ayuda, que intenta profundizar en este fenómeno de carácter global y naturaleza virtual.