- La facilidad de capturar de datos espaciales, bien sea a través de la tecnología GPS integrada hoy en día en casi cualquier dispositivo o mediante la digitalización en pantalla sobre ortofotos. La producción cartográfica se torna amable.
- La difusión del repositorio de datos espaciales contenidos en la Infraestructuras de datos espaciales (IDE), unido en ocasiones al proceso de liberarizar las bases de datos geográficas públicas y la consolidación de un marco normativo que permite la interoperabilidad de Sistemas y formatos junto al acceso a la información espacial, sin olvidar el efecto producido por Google earth.
- El impulso del software libre en especial de los visores con capacidad de edición.
- La posibilidad de conectarse a Internet sin cables, la cual abre la posibilidad de una actualización cartográfica inmediata y alcanzar a la reina roja
Este contexto único en la historia cartográfica (que podemos denominar siendo un poco atrevidos Where 2.0) se caracteriza por una socialización de la producción cartográfica y un fenómeno de rebelión de los aficionados que provocan una recuperación del espacio por la ciudanía.
Renee Sieber en su artículo sobre los PPGIS apunta a que la ubicuidad de los Sistemas de Información Geográfica (SIG) implica el nacimiento de una era de duelo de bases de datos geográficas, en la que los PPGIS hacen posible que cualquier tipo de organización o colectivo (gubernamental o no), e incluso personas individuales dispongan de las mismas capacidades de producción y análisis cartográfico gracias a los Sistemas de Información Geográfica de participación ciudadana. En este momento los ciudadanos son algo más que sensores cartográficos es factible que se produzcan múltiples bases de datos geográficas referidas a la misma realidad espacial ,temática y temporal. El solape es posible.
Aunque como apunta Carver no en todas las sociedades se va a producir este fenómeno de multiplicidad de bases de datos, ya que cada cultura tiene de forma inherente un grado distinto de aceptación a los PPGIS que nace de tres aspectos:
– El sentido de control colectivo
– El nivel de individualidad
Hoy en día más que solapes lo que se ha detectado es que los PPGIS cubren nichos cartográficos vacíos , de sumo interés ya que suponen un construcción de la agenda social y política por parte de la propia sociedad. Como conclusión personal, quizás sólo en situaciones extremas o de elevada emotividad social, veamos un claro solape y una victoria , en términos de mayor uso y utilización ciudadana, de una base de datos PPGIS frente a otras convencionales.
Este hecho lejos de ser un pronóstico ya se ha producido, basta recordar el famoso ejemplo del seguimiento de los frentes de llamas de los incendios forestales de California durante el verano pasado, cuya cartografía se capturó por los ciudadanos gracias a los mash-ups de Google maps.
A todo lo señalado hay que añadirle la potencial fuerza de una geosemantica societal, la anotación cada vez más libre y masiva de parte de ciudadanos comunes para anotar los mapas y generar lecturas territoriales diferenciales. Vean mi ensayo, que es un aporte sociológico a vuestra espcacialidad.
http://revista.escaner.cl/node/693