¿Cuánto vale un conjunto de datos espaciales?. Las técnicas en uso utilizan la adaptación de la metodología valoración clásica de proyecto, mediante el esquema de la estimación del retorno de la inversión ROI. Pero antes de hablar de inversión y beneficio merece la pena detenerse en el valor de los datos espaciales desde la perspectiva del usuario. De manera más concreta, en el grado de utilidad o aptitud que tienen los datos espaciales para satisfacer las expectativas del usuario.
Lars Brodersen propuso en el año 2003 un modelo de valor basado en la teoría de la comunicación y en concreto en la calidad de la transmisión de la información geoespacial.
El modelo de valor de Brodersen fue desarrollado para la visualización de mapas en internet. Se concreta en hoja de ruta que explora en los puntos a seguir para transformar la idea en el contenido de un mapa utilizando la información espacial que deseo, no se trata de responder tanto al cómo y qué, sino al por qué del proceso de comunicación, es decir conocer al usuario para el cual se construyen los datos.
Para ello compara la aptitud de los datos y las expectativas del usuario. Las aptitud de un conjunto de datos espaciales a valorar en el modelo son: calidad de la transmisión, accesibilidad (multiformato), relevancia, usabilidad, nuevo conocimiento y vamos a añadir una de cosecha propia las licencias de uso o de reutilización. Pero ¿cuáles son las expectativas del usuario, sus necesidades sobre las cualidades anteriores?. Para poder concretarlas propone un sencillo listado con los siguientes ítem: Expectativas del usuario, el target, propósito o finalidad, los objetivos, identificas los grupos de usuarios que van a utilizar los datos. Para seguidamente elaborar el modelo de uso (funcionalidad), el modelo de información (datos y escalas) y por último la apariencia de los gráficos.
De manera analítica mide el valor mediante un simple cociente de aptitud/expectativa cada uno de las cualidades y utiliza un modelo multiplicativo para estimar el valor de los datos. Vamos a mejorar estos índices, utilizando una premisa adicional no contemplada en el modelo original ”si se incrementan tanto las expectativas como los aptitudes, el conjunto de datos espaciales adquiere un mayor valor”. Para ello basta que los cocientes tenga ahora la siguiente forma aptitud2/expectativa.
La polaridad es otro punto importante del estudio del valor de los datos espaciales no contemplado en la formulación inicial. Sirve para estimar escenarios futuros. Si la aptitud de los datos y las expectativas están equilibradas el modelo es estable. Si la tendencia de las expectativas aumenta el valor de los datos disminuye, estamos en un escenario de demanda no satisfecha, de infravaloración, que puede acabar en una sustitución o abandono de los datos. Por otro lado si la aptitud se incrementa, el valor aumenta, aunque puede que no su conversión. Estamos en un escenario de sobrevaloración del producto. Las salidas son pocas: o aumenta la expectativa o se produce una pérdida de sostenibilidad en la producción de datos espaciales.
Este modelo no está ni mucho menos agotado, admite múltiples líneas de trabajo: concretar unidades, incluir jerarquías de necesidades y cualidades y ponderarlas en el modelo, añadir el factor de competitividad, profundizar en las demandas del usuario., trabajar estadísticamente la busque de los factores clave del modelo.
Estos modelos o desarrollo teóricos sobre los mapas en internet tienen una vocación práctica, permite reflexionar sobre el proceso de construcción de contenidos cartográficos de valor y permiten además que una vez calculado el valor podemos estimar su conversión.
¿Qué está el usuario dispuesto a ofrecer por datos espaciales de valor?. Siguiendo la economía clásica hablaremos de en unidades monetarias, empleando la economía de los sistema de información geográfica (SIG) hablaremos de eficiencia o eficacia en unidades de tiempo, (hora de trabajo-horas de ahorro) o utilizando las unidades de las economía de internet hablaremos de atención cuantificada en tráfico o visitas.