La crisis del mapa en su sentido más tradicional nos conduce a una inquietante cuestión, ¿tiene sentido hablar de mapas en una Infraestructura de Datos Espaciales IDE?.
En una primera respuesta rápida, podíamos responder que los mapas son secundarios, ya que la salida del uso de la información geográfica, en un entorno digital, no pasa necesariamente por la construcción y entrega de un mapa. Excepción de las primeras cartografías corporativas del siglo XVI que dependían del mapa para la creación del mapa servicio.
Hoy en día el consumo de datos espaciales admite múltiples formas que trascienden la idea clásica de un mapa. Los resultados pueden ser muy dispares desde unas coordenadas para un dispositivo GPS, un tiempo hasta la legada del próximo autobús, unas indicaciones topológicas de cercanía o dirección (como las rutas) , o simplemente el listado de unas entidades que cumplen con alguna consulta espacial de localización (como los relacionados con las áreas de servicios), son sólo algunos de los ejemplos de las nuevas tendencias de consumo de datos espaciales
Mapas servicio
El objeto de la geoinformación, en el contexto de un mapa servicio, es el desarrollo de un servicio IDE. El servicio se define como una funcionalidad sobre unos datos espaciales. EL mapa es, en última instancia, el resultado posible de un servicio. El mapa en este marco asume nuevos roles:
· En este contexto los datos espaciales se crean para ser mezclados con otra información y ser ofrecidos en una web, la interoperabilidad es la clave del desarrollo de los mapas como servicio.
· Los datos espaciales son un índice o directorio a información adicional y complementaria. El usuario puede cambiar los criterios de búsqueda, desarrolla una interactividad sobre los datos.
· El valor de los contenidos cartográficos descansa en la información ofrecida al usuario no en el producto mapa.
· Aspectos como la actualización de los datos, el linaje y la calidad cobran un especial protagonismo.
Mapas – producto
El mapa producto recoge la tradición cartográfica. En un entorno orientado a producto, el mapa es el resultado y el fin. Este enfoque se basa en la elaboración de cartografía, no de consultas. El valor de los contenidos cartográficos reside en el mapa.
Podemos clasificar los mapas productos en función de la solución adoptada a la visualización de datos en:
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Mapas elaborados con sistemas de información geográfica, a los que hemos denominado en alguna ocasión “ mapas clonados “.Las herramientas SIG supone disponer de un medio de producción en serie que facilita la producción sistematizada y eficiente.
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Las críticas de lo que se ha venido denominar por ciertos autores como mapas SIG realizados con “la tostadora de mapas” abren una nueva perspectiva de los mapas productos. Este movimiento reivindica mapas de carácter más infográfico, donde la visualización de datos y la comunicación cobran protagonismo.
Tendencia en los mapas
Se han invertido las tendencias, de la hegemonía del mapa producto se ha pasado a la hegemonía del mapa servicio, aunque puede que su reinado solo sea momentáneo, ya que ninguna de ambas propuestas ofrece una solución satisfactoria a las demandas actuales de datos espaciales, caracterizada por una ubicua necesidad de datos, información y análisis
¿Qué podemos esperar? Desde luego sorpresas que irán en la dirección de una fusión ecléctica de ambos propuestas en un nuevo tipo de mapa. De este tipo de mapa aún nos queda mucho por explorar definir y resolver, pero ya hay interesantes trabajos que apuntan a esta dirección como Gapminder. Lo que si que parece evidente es que este nuevo mapa aglutinará la capacidad de comunicación del mapa producto y la potencia de los mapas servicio.